MEDICINA ROMÁNTICA
HACIA UN DICCIONARIO HISTÓRICO DE MÉDICOS ALMERIENSES (SIGLO XIX)-
A-B
JOSÉ ANTONIO GARCIA RAMOS
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© José Antonio García Ramos
José Antonio García Ramos
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PRÓLOGO.-
Es evidente que el médico no es ajeno a la vida social, política y cultural, que abre inmensos horizontes en torno a su ilustre profesión.
El médico del siglo XIX por su preparación universitaria y, sin duda, su peculiar situación social, ocupa un lugar de privilegio en la vida social de la comunidad.
Los proyectos biográficos de éste libro “MÉDICOS ALMERIENSES DEL SIGLO XIX”, verdadera riqueza de gran interés profesional, humano y cultural, revelan aspectos históricos que colaboran a la hora de hacer la verdadera historia de Almería.
La Provincia con su original orografía, sus sequías y desiertos espeluznantes, revelan las especiales condiciones de vida de un número considerable de médicos almerienses que se enfrentaban con su trabajo con la escasez de técnicas, la incultura Radical en muchas zonas y las tremendas soledades que inspira la geografía y la pobreza.
El médico, a lo largo del siglo XIX, especialmente en la primera parte del siglo, significaba una pieza fundamental como profesional de la medicina, a la vez que ofrecía sus servicios como administrador de ideas y consejero.
La sociedad de los primeros años del siglo XIX difícilmente podría desterrar los elementos culturales, políticos e ideológicos que cundían en su tiempo y que había heredado del siglo XVIII. La sociedad estaba inspirada fuertemente en elementos de vida tradicional y un entrañable costumbrismo inspirado en la religiosidad popular.
El médico dispone de cierta posición económica y sobre todo social en los poderes que le confería una sociedad pobre y con frecuencia sometida a minorías de escaso valor.
La presencia de la Iglesia, con frecuencia armoniosa, le permite manejar los instrumentos culturales de la sociedad que solía ser ignorante y, en grandes zonas, manejada por la pobreza.
Este extenso y documentado libro referente a los médicos, verdadero espectáculo de personajes al servicio de la ciencia y de la realidad social, se puede señalar como un acontecimiento histórico y cultural que nadie, si no existiese esta obra, podía sospechar.
Sin duda que el admirable retablo de consideraciones que sugiere este respetable número de médicos, sirve de soporte para defender con dignidad y seriedad científica, las exigencias y los horizontes culturales que ha inspirado siempre la Provincia de Almería.
Tenemos el convencimiento de que dentro del colectivo de la medicina, de acuerdo con el medio rural, existe una dosis elevada de profesionales que han tenido la capacidad de remover la ilusión literaria, la investigación histórica y la sabiduría científica, sin olvidar su vocación médica. Tal ocurre con la obra del Dr. García Ramos que resplandece por su interesante aparato de orden científico a veces de increíble detalle y capacidad de observación. Esta obra nos permite descubrir, una vez más, las páginas de un verdadero sabio que no olvida las regiones de la más alta creación literaria.
El doctor ha logrado revelarnos un mundo, no fácil, en el que se ponen de manifiesto aciertos, triunfos y novedades, fruto de un trabajo directo, de primera mano, referente a la vida subterránea de los médicos almerienses. Significa un gozo espiritual que no es patrimonio del ejercicio, aunque sea intelectual, de los que dan poco y se sacrifican menos. El libro ofrece una abundancia de observaciones y datos, atesorados de una fuerte sensibilidad científica inspirada en el amor a su tierra, la tierra donde ha ejercido la medicina durante más de treinta años. De todos modos los fondos bibliográficos sobre el mundo de la medicina han sido escasos en Almería.
El número de médicos que recoge este libro es de unos doscientos en los pueblos de la provincia y más de un centenar en la capital. Son los que dieron fe de su entrega al servicio de la medicina en el campo del dolor y la miseria y no regatearon su esfuerzo a la hora de ejercer su trabajo en uno de los puestos más costosos de la vida almeriense.
Esta legión de médicos acaba de abandonar, con este libro, el rincón de los silencios y la región del anonimato para estar presentes en las listas de la verdadera nobleza.
Saludamos con gozo el mundo de auténticas novedades históricas y personales en torno a cada personaje, de mayor o menor trascendencia, pero auténticos ventanales de luz que confirman nuestro pasado. He aquí el legado de este libro.
Siguiendo el estilo de la Grecia clásica a orillas del Mar Mediterráneo, esta lista de médicos proporcionada por el Dr. García Ramos, servirá de adorno y orgullo a una tierra que soportó durante muchos años el martirio del olvido.
Ciertamente el libro MEDICICN AROMÁNTICA “Diccionario biográfico de los médicos almerienses del siglo XIX,” se inserta en el campo de publicaciones que han dado tono a la cultura reciente de Almería. El autor anunció en 1978 en la Tertulia Indaliana el propósito de estudiar un tema, sin duda importante, que se refería a la recopilación de médicos almerienses. El trabajo que acaba de publicarse, resulta ser una bellísima y brillante obra que honra a nuestro mundo editorialista almeriense.
Este libro significa una respetable publicación por la importancia del tema y por el significado del proyecto humano y científico del autor, que honra a la clase de los médicos cuyo conocimiento y estimación, en cierto modo, era desconocido. El principio impulsor de este libro tiene sentido en el clima cultural experimentado en la ciudad de Almería en los últimos años, veces al margen de las instituciones oficiales.
El volumen resulta una importante publicación moderna y de exquisita presentación. Contiene casi 500 páginas y ocho extensos capítulos, en los que figura como único protagonista, el médico.
La capacidad de trabajo, la vocación histórica y la escrupulosa seriedad a la hora de buscar precisiones intelectuales, presentan una cohesión abrumadora de observaciones y notas curiosas y eruditas que permiten encontrarnos con una estimable obra original y científica. El conocimiento directo de los personajes que el tiempo arrinconó al filo de la historia, hoy son piezas valiosas que servirán de recuerdo para su familia y de honrosa presencia en la cultura de Almería. Este reconocimiento de fondo social y de rango intelectual es debido a la pasión de García Ramos por los libros y por su amor a la historia.”Nadie puede negarme, me dijo, la ilusión que he puesto en este trabajo”.
El aparato bibliográfico de esta obra cuenta con casi 500 referencias bibliográficas que aseguran para la ciencia médica en Almería un conocimiento extenso y profundo, sobre todo teniendo en cuenta que nos referimos a la historia de los médicos, tema del más absoluto desconocimiento.APARATO BIBLIOGRAFICO SOBRE LA MEDICINA ALMERIENSE DEL SIGLO XIX
“La vida de éstos médicos –dice García Ramos—es la vida de una ciudad que en este largo periodo, pasa por todas aquellas circunstancias históricas tan variables por las que pasa todo el siglo. Estos esbozos biográficos ayudan sobre todo, a conocer la historia de la medicina de esta capital de provincias muy aislada por tierra, atrasada y sin muchos recursos”.
Esta generosidad intelectual de José Antonio García ramos debe estimarse desde el punto de vista de su paciente laboriosidad y amor a la investigación y al estudio.
ALMERÍA DEL SIGLO XIX
El paisaje africano, como ha sido definido tantas veces, acribillado por un sol caliente y luminoso; las soledades silenciosas y contemplativas equipadas de una arquitectura breve, alimentaron un tipo de gentes que vivían con poco. Conocemos corrientes italianas, genovesas y francesas, que figuran en nuestros apellidos y que llegaron antes del siglo XVIII, bordeando nuestras costas que antes fueron refugio de piratas. Los ingleses llegaron después, a lo largo del siglo XIX. Establecieron un estilo que se hacía en términos semejantes al establecimiento dela sociedad colonial en todo el mundo.
El puerto de Almería significó una concentración de mano de obra que se movía en torno a la exportación de naranja y de la uva. El gremio de los barrileros era fundamental. En 1892, Francisco Godoy era el primer presidente de los socialistas almerienses. El sentido comercial atrajo a la capital una legión de ingleses, levantinos, catalanes y valencianos, que dieron una nueva imagen a la Calle de as Tiendas y sus aledaños, sin olvidar la prosperidad que anunciaba el nacimiento del nuevo Paseo del Príncipe. Desde Murcia, en el norte de la provincia, se estableció un arco de mercado; que daba estabilidad comercial a Vélez Blanco, Vélez Rubio, Huércal-Overa y especialmente el mercado de Albox.
El interesante siglo XIX, rompió el ritmo de la historia que venía rodando hacia muchos siglos. Fue testigo de cargos políticos y de movimientos culturales, empujados por la filosofía, las ideologías y la cuestión social. Las minas de Almagrera en el levante, con capital extranjero, crearon trabajo y levantaron el sector, estableciendo núcleos urbanos importantes, como Cuevas del Almanzora, Vera y otros sectores menores. El complejo de señores nuevos, el marquesado de Almanzora; figuras como Luis Siret y apellidos como Grano de Oro y otros extranjeros, dieron tono, riquezas y vida social al sector del levante almeriense. Los apellidos extranjeros y levantinos, invadían y decoraban una sociedad que quería ser brillante. Las minas sembraron de fuentes de riquezas muchos rincones dela provincia. El embarcadero de mineral, en el puerto, servirá de recuerdo permanente de una época que los almerienses no olvidarán.
Almería ha sido el modelo de provincia condenada a la pobreza en la Península Ibérica. Las corrientes atlánticas que traen las lluvias, descargaban en la pantalla de Sierra Nevada, camino del levante peninsular, aislando las tierras del sudeste y condenándolas a interminables sequías. Los ríos Andarax y Almanzora, arterias principales de la provincia, corren secos, violentando los desiertos de las orillas y humillando la soberbia de los picachos dela sierra: la pobreza.
Los médicos, debido a su preparación humana, social y universitaria, fueron testigos de acontecimientos ideológicos que cubrieron espacios de interés profesional y social a lo largo del siglo XIX. Nos referimos a los movimientos de signo liberal que hicieron acto de presencia en las Cortes de Cádiz, 1812.Se decía que sus leyes se habían formulado e inspirado, casi al pie de la letra, en los textos de la Revolución Francesa.
No es extraño que en el campo de la medicina, aparecieran situaciones ideológicas más avanzadas que se forjaron en la etapa constitucional de 1820.Por lo pronto el partido liberal se dividió en dos facciones, creando una situación de desgobierno y una política desastrosa, por obra de las sociedades secretas: los carbonarios, los comuneros y la masonería. Las sociedades secretas como “La Fontana de oro” y “El Café de Malta”, imponían tumultuosamente su voluntad. La sociedad de los Comuneros o hijos de Padilla, habían adoptado el “martillo” como símbolo. Dentro de ésta corriente masónica y liberal, alo largo del siglo, es fácil situar a la familia de D. Nicolás Salmerón (cuyo padre fue médico de Alhama de Almería) ejerciendo su liderazgo liberal en pleno siglo XIX. Por otra parte, es preciso recordar a la iglesia y a muchos personajes de carisma conservador, que defendieron, imperturbables, sus posiciones ideológicas.
La aparición de los movimientos obreros no violentó el comportamiento social de la clase médica, que conservó creo, su talante selecto. La sociedad alta conserva sus hábitos de asociarse; cultiva el papel de reunirse en las sociedades y casinos y el dominio de la información, a la vez que ignora las preocupaciones de los que no tienen, creando diferencias sociales. En Mayo de 1979, Pablo Iglesias funda en Madrid del Partido Socialista con Lafarque, yerno de Carlos Marx. El círculo de obrero de la calle Real preparó la fundación del Socialismo en Almería, el 1 de Mayo de 1892.Pablo Iglesias viene ala ciudad el 16 de Octubre de 1892.El barrilero de Almería, Francisco Godoy, es el primer Presidente.
Entre tanto León XIII, a finales de siglo, publica la Encíclica “Rerum Novarum”, con destino a la clase obrera.
Almería gozó de una etapa creativa y sobresaliente para la cultura. La arquitectura organizó todo el plano de la Almería moderna a costa de los solares de la desamortización de las iglesias y conventos del centro de Almería. Apareció el edificio del Liceo. Luego se hicieron el Ateneo, el Casino y el Círculo Mercantil. etc. Se fundaron logias masónicas en la capital y en la provincia.
EL ROMANTICISMO, LA CULTURA Y LOS MÉDICOS
Sin olvidar las influencias extranjeras que se hacen presentes con los afrancesados, las sociedades secretas y el mismo liberalismo, originan una planta de partidos que darán paso a las luchas que definen el siglo XIX. Se origina una panorámica social, que se mueve dentro de una sociedad preparada que dio paso al romanticismo. Con carácter más radical, se mantienen sociedades secretas, cuyas influencias en los cambios políticas son decisivas. La nueva situación no puede olvidar la capacidad de servir de base a lo que luego serán los liberales. La difusión de la filosofía, que sirvió de alimento a los arranques políticos del siglo, es un hecho infinitamente más amplio no exclusivamente ideológico, decía Bertoll Massili. La literatura romántica que nace de éste juego de posibilidades, es una auténtica novedad. Fue en cierto sentido, una nueva modalidad del espíritu anticlásico, que siempre estuvo presente en la cultura europea, en la Edad Media y en el siglo barroco.
El médico fue un hombre ilustrado y luego progresista de tono intelectual como pertenecía a su clase. En él sin duda, entraron en crisis los valores subterráneos del Antiguo Régimen. La crisis ocurriría más avanzado el siglo XIX, en el que aparecieron nuevas formas de compromiso intelectual y social. En este clima parecía lógica la presencia del médico. Larra, por ejemplo, era hijo de un médico. El poeta García Gutiérrez, abandonó los estudios de medicina y así otros más. El romanticismo no puede renunciar a su carácter elevado en la sociedad del siglo XIX; pero no triunfa en España hasta el segundo tercio del siglo. La época romántica no puede darse por terminada hasta poco más o menos en el año 1850. Los intelectuales del siglo reclaman la libertad en el campo literario de la expresión, así como la libertad política.
La sociedad almeriense, marginada y escasa de recursos, se plantea problemas graves como la búsqueda de las aguas y os hospitales. El cólera apareció varias veces entre 1834 y 1885. De hecho, el romanticismo escaló intensamente los sublimes arrebatos literarios de muchos intelectuales, curas, maestros médicos y cultos del siglo XIX. Estos no podían olvidar sus apasionamientos románticos cuando entonaban su vida literaria con la dulce musicalidad a veces melosa, de sus versos. La cultura almeriense se considera en plenitud de forma en los últimos 75 años del siglo. Con los despojos de las iglesias y conventos de San Francisco (San Pedro), San Pedro el Viejo, los dominicos y los Trinitarios, en el centro de Almería, cunde el fenómeno de proyectar el Paseo, obra de Orozco. Sería la arteria principal de la ciudad y albergaría edificios e instituciones de nuevo corte social. realmente aparece la mejor arquitectura de Almería.
No es fácil reseñar el contenido y los protagonistas de la cultura en el siglo XIX. Algunas instituciones son interesantes, pero no tenemos datos suficientes.
La pintura tiene su presencia respetable en el siglo XIX almeriense con figuras con Díaz Molina, Godoy, Bedmar y otros. Avanzado el tiempo, los almerienses forjaron sus ilusiones en torno a escritores como Villaespesa y Álvarez de Sotomayor. El nuevo libro titulado “Médicos almerienses del siglo XIX”, viene a instalarse en el clima cultural que en los últimos años ha respirado la ciudad de Almería.
Después de la contienda del año 1936, se produjo un estímulo cultural que desterró las formas antiguas de actuar, escasas de vida creativa. En los últimos años se vivía de las actividades de Villaespesa y Álvarez de Sotomayor. Al acabarse la guerra, la catedrática de literatura del Instituto, oriunda de las Islas Baleares, Celia Viñas Olivella, removió el sistema de la cátedra de Literatura, agilizó el proceso dialogante y activo y creó actividades de teatro y publicaciones, alcanzando un activismo que trascendió el mundo intelectual de Almería.
Sobre el año 1945, Jesús de Perceval convocó a personajes jóvenes de la pintura que se hacía por entonces en la ciudad con un fuerte aire de innovación. Algunos pintores como Moncada Calvache, Gómez Abad y Viciana intervinieron tímidamente, pero con la competencia y respeto que merecía la obra bien hecha dentro de la pintura realista. El movimiento que intentó revolucionar la pintura local, lo dirigió Jesús de Perceval, conocido aristócrata y pintor excepcional con veta de genio. Convocó a siete jóvenes a tono con los registros de movimientos vanguardistas imperantes en España. Los “Indalianos”, que así se llamaron, eran siete: Perceval, Capuleto, Cañadas, Cantón Checa, López Díaz, Alcaraz y Miguel Rueda.
El movimiento que se llamó indaliano, tenía consistencia literaria y periodística, pronto invadió la ciudad. Los siete pintores indalianos expusieron en Madrid, convocados por Eugenio D`Ors, el maestro de la crítica pictórica en España. Aquella salida a la capital de España en el año 1947 fue la alternativa que aseguró la importancia y la fama del movimiento pictórico indaliano de Perceval.
A la muerte de Celia Viñas, se produjo la diáspora indaliana, provocada mayormente por la escasez de trabajo. Los lugares a donde se dirigieron fueron Madrid, Barcelona, México, Brasil y otros.
En Enero de 1971 surgió la “Tertulia Indaliana”. Comenzó con un grupo de personajes de presencia intelectual. Presidía Perceval. Bartolomé Marín, autor de éste prólogo fue moderador, creador de programas y relator en la prensa del contenido de las sesiones.
Alrededor de los indalianos, con una marca cultural de otro signo, se movía el gigante historiador José Tapia Garrido (Padre Tapia), publicando muchos libros, sobre Historia de Almería. Aparecieron Carlos Pérez Siquier con AFAL, que trascendió las fronteras de la Península, acaparando premios internacionales de fotografía. También apareció la figura de José maría Artero, que organizó en Almería una auténtica explosión editorialista, publicando libros que alcanzaron la Península y el extranjero. En este clima de presencia cultural aparece el volumen “Médicos almerienses del siglo XIX” del Dr. García Ramos, discípulo de Tapia y amigo de Perceval. Con José María Artero, editó J.A. García Ramos, en 1980 la obra “Cantos de mi pueblo” (Editorial Cajal, 1980) del poeta de Garrucha Antonio Cano Cervantes, con un estudio preliminar y un vocabulario, ciertamente meritorios. El Doctor García Ramos es autor también del libro “Médicos almerienses de los siglos XVI al XVIII” (1998). Tomó parte en las sesiones de la “Tertulia indaliana”, es un hombre selecto, que se distingue especialmente por su talento y distinción en el ejercicio de la medicina. Su presencia intelectual en la investigación histórica y en la vida literaria es brillante.
En la Almería de pleno auge de la Tertulia Indaliana, creció el interés por la cultura. Sus páginas en la prensa serán inolvidables. Aumentó el número de Galerías de pintura y la publicación de libros. se recordará como una etapa que brilló con luz propia. Otros pintores y literatos remontaron el vuelo de la fama, pero no es posible recordarlos en este espacio condenado a ser corto.
Bartolomé Marín Fernández Almería, Abril de 2004
INTRODUCCIÓN
El presente libro es el fruto de varios años de estudio e investigación, búsqueda y ordenación de datos acerca de las biografías de unos trescientos médicos que, o bien nacieron o bien ejercieron su labor en tierras almerienses. Los datos sobre estos trescientos profesionales contribuirían a completar la definitiva confección de los “Índices de médicos españoles” el Diccionario Biográfico Almeriense y ofrecer una extensa panorámica de la medicina almeriense decimonónica. De las cerca de trescientas reseñas y notas biográficas sobre médicos recogidos en esta obra, solo apenas medio centenar aparecen en el índice de Médicos Españoles de Granjel (1962) o en otros repertorios y los restantes- otros doscientos cincuenta- están prácticamente inéditos y por lo tanto, son médicos casi del todo desconocidos por la Historia de la medicina tradicional y por la bibliografía convencional.
Estas aportaciones serian un avance de investigaciones más sistemáticas que el autor está realizando sobre el mismo tema y sobre la Medicina almeriense a través de sus protagonistas: los hombres que sacrificaron sus vidas en el ejercicio de su profesión durante muchos años, en un medio en que predominaba mas que nada la pobreza y el atraso cultural; en una tierra inhóspita donde a veces era difícil hasta sobrevivir. Considero este libro como un aporte más para el estudio de la Historia de la Medicina almeriense algo olvidada, pues hasta última década del siglo XX en la que aparecen las obras de: GÓMEZ DIAZ, Donato: (1993): Bajo el signo del cólera, y otros temas sobre Morbilidad, Higiene y salubridad en la Vida Económica almeriense, 1348-1910. ; GÓMEZ RUIZ, Trino (1997): El Hospital de Santa Maria Magdalena y la casa de Expósitos de Almería; GARCIA RAMOS, José Antonio (1998): Médicos almerienses (siglos XVI al XVIII; MARÍN MARTÍNEZ, Porfirio: (2001. El Colegio de médicos de Almería en su centenario(1901-2001).Almería. Aunque ya el Padre Tapia se había adelantado a la cuestión cuando publica en 1980 su libro: Los Baños de Sierra Alhamilla.) la historia de la medicina almeriense había permanecido casi inédita. La complejidad histórica y belleza que supone el estudio del siglo XIX tanto en Almería como en España, hacen por sí solo interesante este adelanto.
El siglo XIX estuvo poblado en lo rural de un excesivo y complejo número de profesionales sanitarios muchos de ellos sin adecuada formación, que ejercían contando con muy exiguos medios para su labor. Hubo en ocasiones (sobre todo a mediados del siglo) un sobrado número de médicos y de cirujanos con diversas titulaciones, que además de competir entre ellos tenían que rivalizar con charlatanes, intrusos, curanderos, herbolarios, brujas, y contra un innegable desamparo sanitario por parte de las autoridades. Hubieron que batallar contra las epidemias, el hambre, el analfabetismo y los problemas sociales de la población y contra la profusión de las mismas clases sanitarias. (“Hambre, ignorancia , guerra y enfermedad eran el verdadero patrimonio del pueblo español “Véase Peset, M y J. L(1972) Muerte en España, p.110.)
Tal fenómeno ha sido estudiado ampliamente por Albarracín Teulon (ALBARRACÍN TEULÓN, A (1969):”La asistencia médica rural en la España del siglo XIX”.Asclepio, XXI: 35-42; Madrid.).
Cirujanos romancistas, cirujanos latinos, flebotomianos, sangradores, barberos, parteras, drogueros, herbolarios, todos tenían algo que hacer en el trabajo sanitario, para ganarse la vida. En las ciudades sólo algún médico de nota vivía acomodadamente asistiendo a las clases más pudientes. En el medio rural solían vivir la mayoría algo pobremente, al menos hasta el último tercio del siglo, periodo donde el médico alcanza cierto prestigio social y económico. Algunos se dedicaban a la política. Otros eran a la vez, propietarios. Eran muy pocos los que vivían bien equiparados a una inmensa mayoría, que vivía modesta cuando no, pobremente.
En ésta obra no solo trato sobre médicos ilustres. Cada hombre es ilustre por sí mismo y cada uno de estos esbozos biográficos es una piedra para construir la gran obra que es la historia de la Medicina española, para la historiografía general y para el patrimonio cultural almeriense. Tampoco todos los médicos aquí tratados son almerienses de nacimiento. Hay muchos que solo son adoptivos porque ejercen aquí la mayor parte de su vida. Y otros que habiendo nacido en Almería desarrollaron su labor más o menos lejos de su tierra.
La producción científica decimonónica en Almería fue poco abundante en lo que a libros de Medicina se refiere y así, hasta 1850 solo localizo editada en Almería una sola obra. (SOLSONA, 1824)JUAN BAUTISTA SOLSONA Desde 1850 al 1900 solo conozco las de Rodríguez CarreñoMANUEL RODRÍGUEZ CARREÑO, Molina CapelGASPAR MOLINA CAPEL, Espinosa DíazCRISTÓBAL ESPINOSA DÍAZ, Gómez OrlandVICENTE GOMEZ ORLAND, dos de Vicente Juan Esteban y BlanesVICENTE JUAN ESTEBAN BLANES y la de Fernández PalaciosANTONIO FERNANDEZ PALACIOS (conferencia-folleto) y la de José Doménech Sáezjosé doménech sáez.Es curioso como entre todas las obras citadas no suman ni mil páginas. Este es el “volumen “de toda la producción científica almeriense editada en libros durante todo el siglo XIX.
(SOLSONA, Juan Bautista: Disertación fisico-química y analisis de las aguas minerales de Sierra Alhamilla en el reino de Granada. Obra editada en Almería en 1822 (es la primera obra de tema médico conocida editada en Almería en el siglo XIX).Edita posteriormente en 1824, en Almería la obra: Examen de las aguas medicinales que se hallan en el Reyno de Granada. Por el Dr.D. Juan Bautista Solsona. Oficina de José Santamaría. Almería .1824. (La obra consta de 4 hojas.230 Págs., 2 hojas; 15 cms. Rústica. (Palau, 319.022)
Algunos médicos se ocupan en publicar en revistas de ámbito nacional (La Unión, Revista de Medicina y Cirugía Práctica Boletín de Medicina, Cirugía y Farmacia, El siglo Médico, El Anfiteatro Anatómico Español etc.).Si bien solo se conoce en el siglo XIX la existencia de una revista médica almeriense aparecida en 1884, “La Voz Médica” (1884-85.)Esta revista de corta vida, fue fundada por un grupo de médicos afectos al masonismo y de ideología liberal y republicana, que son los mismos que promueven, tras algún intento anterior (1894) la creación del Colegio de Médicos en 1901.
Considero importante este avance por la complejidad histórica y belleza que tiene el estudio del largo, importante y abigarrado Siglo XIX, no solo en Almería sino en España. Y así, contribuir en algo al conocimiento de la Historia médica ochocentista11.
Solo hay, si se mira objetivamente a la relación de médicos estudiados, una veintena de médicos almerienses “importantes”, si ser importante es haber publicado mucho, haber tenido relevancia social o haber contribuido a la ciencia médica con descubrimientos trascendentes. A los restantes los he sacado de un anonimato de siglos.
Me he distinguido o extendido con algún personaje más que con otro, por considerar su trascendencia histórica, o para que negarlo, adornar su biografía con otros datos históricos o histórico-médicos interesantes en el contexto historiográfico general. De esos personajes tratados más extensamente, unos han sido analizados por su obra científica publicada, y otros más bien por su biografía más o menos importante para conformarla como ejemplo de otras muchas que pudieran tener una importancia similar.
El hecho intelectual en sí, en mi caso, ha sido la gran satisfacción de pasar muchas horas de mi vida preocupado en recopilar datos dispersos, reunirlos y ordenarlos con el fin de ofrecer una panorámica de la medicina y la sociedad almeriense ochocentista.
Han sido consultados más de cuatrocientos libros y artículos referenciados en la bibliografía que al final de la obra se detalla, así como archivos municipales, el histórico provincial y algunos nacionales. También se ha consultado numerosa prensa médica, provincial y general del siglo y otras fuentes de donde han salido los detalles que ordenados convenientemente han conformado las biografías más o menos completas de los médicos que se relatan. Esta paciente búsqueda de datos nos ha llevado a poder ofrecer una panorámica general de la medicina almeriense ochocentista y configurar las noticias que se exponen de estos trescientos médicos de siglo XIX.
Ofrezco notas biográficas sobre personas, personajes importantes o no tan importantes, anécdotas curiosas, datos sobre efemérides sanitarias, epidemias, formas de actuar y tensiones entre profesionales tales, que en alguna ocasión llevaron al asesinato12; también propongo detalles sobre el papel del médico en la sociedad, sobre conductas y luchas políticas, sobre la mentalidad y posición social de los médicos durante el siglo XIX y sobre la importancia de la medicina para la sociedad. Las incidencias sociales y económicas de las epidemias en las clases sociales más desfavorecidas y la actuación de las clases médicas diversas en la sociedad almeriense son conclusiones que podrían servir para el resto de España.
Uno de mis objetivos ha sido perfilar y conocer mejor la historia general de Almería en una época tan dinámica y la historia de la medicina española decimonónica que a pesar de su belleza e importancia permanece insuficientemente considerada. 13
Hay en la obra repito, alusiones, sobre aspectos de la historia de la medicina de cierta importancia, como por ejemplo, volver a recordar que Almería fue el primer lugar del mundo donde se operó del corazón en hazaña que llevó a cabo el cirujano Francisco Romero*14 y reivindicar la naturaleza almeriense del eximio y sabio médico José Ponce de León y Molina **(1753-1819).JOSEPH PONCE DE LEÓN Y MOLINA
¿Qué papel desempeña el médico en la sociedad ochocentista? ¿Cuáles fueron su mentalidad y posición social? ¿Cuál fue su implicación en los diversos avatares históricos del periodo?.
Muchas y varias de estas cuestiones se contestan a lo largo de las páginas de este libro.
En sus relaciones con los políticos, los médicos, casi siempre tomaban posiciones siendo a veces furibundos defensores de una causa como fue Martín de los Llanos “El afrancesado”*MARTÍN DE LOS LLANOS EL AFRANCESADO que deja en Almería una saga de personajes liberales durante todo el siglo o Don Francisco Salmerón López*FRANCISCO SALMERÓN LÓPEZ padre del presidente de la primera república Nicolás Salmerón, o el ultra-conservador don Esteban Font*.ESTEBAN FONT Y MOLL Hubo más adelante conservadores, liberales y masones. Al final del siglo muchos se afiliaron al republicanismo.
Respecto a la posición social del medico, pertenecía éste, a una clase media económicamente baja; eso sí, con algo de reputación social .La figura del médico va escalando posiciones a lo largo del siglo hasta alcanzar a finales de él un importante prestigio dentro de la sociedad en general.
Ideológicamente hubo médicos románticos, intelectuales, aventureros, liberales, absolutistas, librepensadores, ateos, católicos y conservadores. Fundamentalmente son románticos. Con el caciquismo se alinean algunos, como Dionisio de MotosDIONISIO DE MOTOS SERRANO* o Eduardo Pérez Ibáñez*,EDUARDO PÉREZ IBÁÑEZ que son ejemplos del más puro caciquismo provinciano; o se ponen en contra de dicho caciquismo como: Manuel Vicente Martínez*MANUEL VICENTE MARTÍNEZ. Sus relaciones con la iglesia son diversas. Los hay muy ateos como Litrán*JOSÉ LITRÁN LÓPEZ enterrado fuera del cementerio católico, o partidarios del librepensamiento y revolución republicana, como Ezequiel Sánchez Martínez* de Albox, activista revolucionario también sepultado fuera del recinto sagrado. Menos de la mitad son católicos y la otra mitad, agnósticos.
He pretendido con esta modesta relación, contribuir un poco a completar la excelente obra del Padre Tapia, espejo en que me miro como modelo de investigador independiente, al que rindo aquí homenaje póstumo porque desde un principio creyó en mí. Intento completar su eximia obra Almería Hombre a Hombre con otros muchos nombres de hombres que también hicieron a Almería.
A pesar del considerable aparato bibliográfico que se ha consultado, es evidente que aun faltan muchas fuentes y archivos donde poder consultar sobre todo en parroquias y ayuntamientos así como parte de la prensa médica nacional y alguna prensa provincial de carácter general que se deben examinar para estudios más puntuales.
Los diversos profesionales los he relacionado en sus respectivos capítulos por orden cronológico para seguir un hilo conductor que nos haga rastrear mejor los avatares por los que discurre la historia médica almeriense ochocentista. También he confeccionado índices para la mayor compresión del contenido de la obra.
SIGLAS UTILIZADAS
ACA: Archivo de la catedral de Almería.
AHN: Archivo Histórico Nacional.
AHPA: Archivo Histórico Provincial de Almería.
AHUG: Archivo Histórico Universitario de la Universidad de Granada.
AMA: Archivo municipal de Almería.
A.R.CH.: Archivo de la Real chancillería
ASCLEPIO: Archivos Hispanoamericanos de Historia de la Medicina.
BIEA: Boletín del Instituto de Estudios Almerienses.
B.M.C.F. Boletín de Medicina Cirugía y Farmacia
CHINCHILLA: Anales históricos de la medicina en general y biográfico-bibliográfico de la española en particular. Valencia 4 Vols. 1841-1846.
ESPASA: Enciclopedia Espasa. 103 volúmenes.
GARCÍA ASENSIO: Historia de la villa de Huércal-Overa y su comarca, (1908-1910)
GRANJEL: Luis Sánchez Granjel, en REFERENCIA A TODA SU OBRA.
GRIMA : Grima Cervantes. Juan (1991): Memoria histórica, fotográfica y documental de Garrucha. (1861-1936) Vol. II. Almería.
IEA: Instituto de Estudios Almerienses.
LHT: “Libro para el asiento de las Juntas que se celebran por los Señores que componen el gobierno del Hospital de esta villa y de la Hermandad de la Claridad, Tixola y Agosto 3 y de 1777” (Manuscrito)(Recoge las Juntas celebradas desde 1777 a 1848)
LA UNIÓN: La Unión Periódico de la Academia Quirúrgica Matritense.
MAFFEI, MAFFEI, E; RUA FIGUEROA R. (1871-72):
Apuntes para una biblioteca española de libros, folletos y artículos, impresos y manuscritos, relativos al conocimiento de las riquezas minerales y a las ciencias auxiliares. Madrid.
MOREJON: Historia bibliográfica de la Medicina Española 7 volúmenes. Madrid, 1842-1852.
OCHOTORENA OCHOTORENA F.: (1976. La vida de una ciudad, Almería siglo XIX. Almería 2 Vols.
PHISIOLOGIA: PHISIOLOGIA CHIMICA: Fisiología química del cuerpo humano. Por Don José Ponce De León. Imp. Herederos de N. Moreno. Granada 1804.T.I.4 hoja XX. 276 Pág. T. 2. 3 hojas 351 Pág. 20 cm. Pasta.
PR: Protocolo notarial del AHPA.
RABM: Revistas de Archivos, Bibliotecas y Museos.
TAPIA: Tapia (Tapia Garrido, en referencia a cualquiera de sus obras.)
ROEL: Cuadernos de Civilización de la Cuenca del Almanzora.
RSA: Revista de la Sociedad de Estudios Almerienses.
Caben destacar de la primera mitad del siglo XIX que coincide con el fin de la Ilustración y el comienzo del Romanticismo la existencia de tres personajes médicos o figuras que por sí solas merecen ocupar un puesto importante tanto en la historia de España como en la historia de la Medicina.PONCE DE LEÓN* (1753-1818), FRANCISCO ROMEROFRANCISCO ROMERO * Y MARTÍN DE LOS LLANOS*, aunque contemporáneos son tres personalidades completamente distintas, que ocupan también los tres, un papel completamente diferente dentro de la historia.
El primero nacido en Uleila del Campo, estudia en Salamanca y se forma en Francia desarrollando su labor como catedrático en Granada a principios del siglo XIX, es un científico de los de primer orden de su tiempo. Y es, sin lugar a dudas LA FIGURA Médica más importante que ha dado Almería durante el siglo XIX y una de las más importantes de todos los tiempos. Solo tal vez Aben Jatima en el siglo XIV, González Prats* a finales del XIX y Marín Amat, en el XX pueden comparársele. Es el típico ejemplar de médico ilustrado “de ideas avanzadas formado en parte en el extranjero, dedicación hacia las ciencias de la Naturaleza, y en particular, hacia la química”.15
El segundo: Francisco Romero*, es un catalán afincado en Almería como cirujano, que alcanza su mayor éxito profesional en nuestra ciudad cuando interviene a varios almerienses del corazón con la particularidad de ser el primero que opera este órgano en el mundo.
El tercero es Martín de los Llanos “El afrancesado”* médico de Berja que forma una partida para luchar contra los españoles a favor de los franceses en la Guerra de la Independencia.
Es el primero, un estudioso y académico que aporta mucho al conocimiento de los saberes médicos de su tiempo, el segundo un valiente, un osado, un precursor ( el cirujano Romero*) y el tercero es un aventurero idealista casi bandido o delincuente político: el afrancesado Martín de los Llanos*. Los tres llenan por sí solos bastantes páginas de la historia médica almeriense y del siglo XIX español.
Tambien del final de la iliurtracion es interesante el estudio del desconocido e interesante documento del Archivo Municipal de Tíjola:
“Libro para el asiento de las Juntas que se zelebran por los Señores, que componen la de gobierno del Hospital de esta villa y de la hermandad de la Charidad, Tixola y Agosto y de 1777” que consta de 56 folios (anverso y reverso) vienen constatadas las actas de las Juntas celebradas a lo largo de los años de 1777 a 1809. Algunas de estas actas de sesiones aluden a las vicisitudes y actuaciones del personal sanitario y a través de ellas salen a relucir aspectos del ejercicio médico rural de principios del siglo XlX: abusos, incumplimientos, disputas, conflictos, tensiones entre profesionales e instituciones y conflictos entre los mismos profesionales; avatares y datos biográficos de médicos y cirujanos; luchas e intentonas profesionales intereses pueblerinos, económicos y de clase.
Tíjola, villa del Alto Almanzora tenía en 1752, según el Censo de Ensenada unos 1174 habitantes y en 1835 unos 1575 habitantes. Sin embargo la labor fundadora y humanitaria del obispo de Almería Don Claudio Sanz y Torres, hace que sea elegida junto a otras poblaciones de Almería hacia 1775 para construir en ella un Hospital que abarcaba la asistencia a los pobres enfermos de varias poblaciones limítrofes (Serón, Lúcar, Bayarque, Armuña, Olula del Río....)
El L.H.T.seria un buen ejemplo documental donde sacar noticias sobre la constitución del hospital, sobre su administración y economía, número de enfermos, mortalidad hospitalaria, epidemias, realización de la primera vacuna sobre niños expósitos. Hay noticias sobre el ejercicio de médicos, cirujanos y otros profesionales sanitarios. Daremos cuenta pues aquí de los datos que aparecen sobre médicos y demás profesionales, a través de la trascripción de los textos de la Acta de las Juntas donde estos personajes resultan del máximo interés histórico- médico, al proporcionarnos una idea de su labor sanitaria y de sus avatares biográficos dentro de un marco de pobreza y en una época al final del Antiguo Régimen, en un Hospital de Beneficencia de una villa de Provincias de menos de 2000 hs.en la España de principios del siglo XIX.16
A través de sus hombres se estudia la medicina en la Almería del primer tercio del siglo XIX que es el periodo que pone fin al llamado “Antiguo Régimen” y que respecto al quehacer sanitario se ve claramente como una prolongación en cierto modo de la Ilustración. En el contexto de la historiografía española, es una época poco estudiada al menos en el ámbito de la medicina práctica no científica.
En este primer tercio del siglo se nota poco progreso en el ejercicio médico, y aisladamente aparecen algunos avances terapéuticos o preventivos respecto al periodo anterior: como puede ser el empleo de la vacuna de la viruela en la villa almeriense de Cantoria en el año de 180017 por parte del doctor Mateo Ortega* o la lucha contra la fiebre amarilla en 1804 en la ciudad y en la provincia. Pero se complica la situación con la aparición de nuevas clases sanitarias algunas de ellas sin apenas formación o estudios, cuestión que dificulta aún mas las relaciones entre los médicos.
En Almería aumenta algo el número de médicos y cirujanos respecto a épocas anteriores. En los pueblos siguen ejerciendo heroicamente diversos profesionales divididos en cuatro o cinco clases: médicos, cirujanos ( de primera y segunda clase o “romancistas” y “latinos”), practicantes flebotomianos y barberos.
Avatares históricos muy crueles que acontecen en Almería y en España como la Guerra de la Independencia, o las epidemias de fiebre amarilla , calenturas, terremotos hambre y malas cosechas, frenan el progreso científico distrayendo a los profesionales por una parte o por otra. Embarcándose algunos de ellos en ciertas aventuras revolucionarias. El nacimiento de las “dos españas “ ya está presente en el actuar político de unos profesionales que nunca han estado exentos de inquietudes sociales y políticas. Los españoles- y los almerienses- somos herederos de lo que entonces ocurrió. La medicina rural aún arrastra ( al menos hasta el siglo XX) modos y formas subterráneas de lo ocurrido entonces.
Hay médicos liberales, médicos afrancesados, médicos “ de auténtico corazón absolutista” como Esteban Font y Moll* que viniendo de Cataluña a afincarse en Almería conspira contra el Conde de Ofalia. Hay médicos como Francisco Estrada*FRANCISCO ESTRADA LÓPEZ natural de Adra que ejerce en Málaga brillantemente siendo condenado a muerte y ejecutado por razones políticas (se proclama carlista) en 1836.
Por sus ideas liberales “recalan” en Almería entre otros: Don Francisco Salmerón López* padre del que después fue Presidente de la primera República en 1873, Nicolás Salmerón ilustre almeriense; y Juan de Dios de la Rada y Henares*,JUAN DE DIOS DE LA RADA Y HENARES padre de del ilustre sabio almeriense Juan de Dios de la Rada y Delgado, insigne ilustrado y uno de los polígrafos más importantes del siglo XIX.
La Guerra de la independencia trae a Almería y a España a profesionales franceses algunos de gran prestigio como Broussais. Esto hace avanzar las ideas de los españoles, refrescándose la ciencia del atraso por la eminente influencia de la más avanzada ciencia francesa. LÓPEZ PIÑERO (1964) p.60, opina que hay que tener en cuenta para el estudio y conocimiento de la Historia de la Medicina española del Siglo XIX y en especial durante la Guerra de la Independencia, la presencia en España de médicos militares franceses, "que pertenecen a los nombres más importantes de la medicina europea de la época señalando al cirujano Larrey y al internista Broussais como los mejores ejemplos. Los médicos franceses establecieron relaciones profesionales con los médicos españoles "participando en la vida de nuestras instituciones".
En este libro se trata de médicos cuyas biografías están a caballo entre los siglos XIX y XIX: la Ilustración tardía. Hago hincapié en los profesionales del medio rural que ejercían en precario contra toda suerte de dificultades y plagas, divididos en clases, en un ambiente de analfabetismo y pobreza, imbuidos en un ambiente de incultura y precariedad económica que no deja de influir en su quehacer diario.
Son médicos heroicos en una “sociedad que se caracteriza por su ruralización y unas malas condiciones de comunicación con el exterior”18
La producción científica de los médicos almerienses en este tiempo prácticamente nula Solo se conoce una obra la primera obra medica editada en Almería escrita por Juan Bautista Solsona* (Médico honorario de Cámara de su Majestad. Director de epidemias de los cuatro reinos de Andalucía. Subinspector de aguas y baños minerales de los mismos, visitador de títulos de médicos. Caballero de la Flor de Lis, Primer médico honorario de los Reales ejércitos quien escribió: Examen de las aguas medicinales que se hallan en el Reyno de Granada. Por el Dr.D.Juan Bautista Solsona. Oficina de José Santamaría19 . Almería .1824. (La obra consta de 4 hojas.230 Págs., 2 hojas;15 cms. Rústica.(Palau, 319.022.20Para la siguiente obra médica editada en Almería habrá que esperar a 1853.
En revistas de ámbito nacional no conozco ninguna publicación de los médicos almerienses antes de 1835 y resulta impensable en este espacio de tiempo que se edite ninguna publicación periódica de tipo médico en Almería.
Es el periodo estudiado pues, una época de transición en un medio tanto urbano como rural muy tristes; en una ciudad y una provincia empobrecidas por la guerra, sin infraestructuras, sin comercio, con dificultades urbanísticas, azotada por los terremotos y ciertos sucesos políticos que ayudan a contribuir a una situación históricamente penosa. 21
Pero el médico rural, en esta época, como persona siempre ilustrada, es la referencia cultural junto a los clérigos, a donde viajeros ilustrados o naturalistas como Rojas Clemente, acuden, para conocer las riquezas botánicas arqueológicas o mineralógicas de los pueblos por los que viajan estudiando la Naturaleza.
Se ofrecen en este Diccionario también datos biográficos sobre mas de un centenar de médicos que ejercen en la capital almeriense decimonónica, aproximadamente entre 1835 a 1914. Se agregan, además, los esbozos biográficos de otros médicos nacidos en Almería pero que desarrollan su labor fuera de esta provincia.
La vida de estos médicos, se implica en la vida de una ciudad, que en este largo periodo pasa por todas aquellas circunstancia históricas tan variables, por las que pasa todo el siglo. Estos esbozos biográficos ayudan sobre todo a conocer la historia de la Medicina de esta capital de provincias muy aislada por tierra, atrasada y sin muchos recursos. Una provincia oscura, pero que es históricamente significativa como ejemplo de otras muchas del resto de España.
La ciudad de Almería como todas, es permeable aunque en poca medida o con bastante atraso, a los avances científicos. No tiene universidad. Pero políticamente, contiene personas de ideas muy avanzadas dada la influencia que sufre, del progresismo revolucionarioLA LLAMA VIVA.., del que fuera su hijo más ilustre: Nicolás Salmerón cuya ideología primeramente germina en Almería a instancias de su y de su cuñado (Gaspar Molina Capel*)GASPAR MOLINA CAPEL, ambos médicos y luego se extiende en el último tercio del siglo sobre las diversas clases que formarán la base de la futura izquierda almeriense de todo el siglo XX.
De los múltiples aspectos importantes desde el punto de vista histórico-médico que se ofrecen en este capítulo valga como ejemplo el asunto en que algunos médicos de la ciudad toman parte: la polémica nacional que se suscitó sobre la unificación de las clases sanitarias.
Los médicos no quedan ajenos a las corrientes tanto culturales como políticas que ocurren en el resto de la nación. Estos médicos tienen ideales contrapuestos. Y así hay médicos idealistas, románticos, positivistas, conservadores, liberales, monárquicos y republicanos. Son condicionamientos políticos que algunos no sólo no niegan sino que muchos subrayan. Y se afirman tanto en sus posiciones políticas como en sus posiciones científicas expresándolas en foros como el Ateneo almeriense y otros órganos públicos de expresión.
Visita al Hospital de un médico. Fuente: Historia de España M. Pidal t. XXXV, Vol.2p.411
Pero todos los profesionales de la ideología que sea se unifican a la hora de la verdad. Y todos se distinguen salvo pocas excepciones de una manera heroica en un importante asunto de interés común: la lucha contra las epidemias y en especial contra el cólera que azota a nuestra ciudad y nuestra provincia al menos durante cuatro ocasiones durante al siglo. Se incluyen pues, en algunas de las biografías bastantes consideraciones y aspectos sociales de esta epidemia.
La producción científica almeriense de esta época es escasa. Hasta finales de siglo, en que se crea el primer órgano de expresión científica en la ciudad como la revista “La Voz Médica” dirigida por médicos de tendencia republicana, masones y de ideas positivistas, no se edita ninguna revista periódica. Esta revista se edita solo durante dos años (1884 y 1885) y reviste capital importancia como publicación pionera en Almería, por lo que es repetidamente aludida a lo largo de este capítulo.
Se tocan también en las biografías de los médicos de esta sección, algunos aspectos históricos del Hospital Provincial, el único que funciona como tal en la Provincia con sus atrasos con casi su indigencia con su difícil paso de la caridad a la Beneficencia. La precariedad del hospital contrasta junto al máximo fomento de la medicina liberal y estrictamente privada. Salvo lo poco que se hace en el hospital hay una casi total ausencia de medicina pública; incluso la ejercida por los propios médicos de ideas más avanzadas, es de carácter eminentemente privado.
La participación de los médicos en política aun cuando se hace presente en casi todo el siglo, se acentúa en las décadas finales cuando los médicos, a la vez que ascienden socialmente, actúan de modo activo, afiliándose a los diversos partidos que van naciendo a lo largo de la segunda mitad del siglo. Esta activa participación política se traduce por ejemplo, en que en 1898, tres médicos ocupan respectivamente la alcaldía de Almería, el Gobierno Civil y la presidencia de la diputación provincial. Esta tendencia sigue durante el siglo XX hasta la Segunda Republica. (Es tema que tocaré en otra ocasión 22)
En resumen: Se observan pues en este capítulo, varios aspectos históricos importantes: a mediados de siglo, la participación de los médicos almerienses en la controversia sobre la unificación de las clases sanitarias; el conocimiento de la producción médica científica en la capital almeriense; la participación de los médicos en las epidemias, la intervención y el papel que tiene el médico en la política y en los movimientos culturales, en especial: romanticismo, positivismo23, republicanismo, masonería, conservadurismo y monarquismo; la producción científica, que más que en libros se lleva a cabo participando en publicaciones médicas de ámbito local y nacional; y finalmente la promoción del corporativismo, con la creación del colegio de Médicos al final del siglo.
La Voz Médica Revista Mensual almeriense de los años 1884-85
Respecto a los médicos rurales de la segunda mitad del siglo XIX y las epidemias.Sostiene Domínguez Ortiz que “El seguimiento de carreras individuales parece el método más prometedor para explicar lo que muchas veces parece no tener explicación racional”. Se refiere a ciertos hechos históricos.
Basado en esta afirmación, considero importante la exposición de las trayectorias vitales de algunos profesionales de la sanidad rural almeriense del siglo XIX, pues tras la trivialidad aparente de sus vidas, subyace necesariamente la verdadera interpretación de la medicina y el ejercicio médico de su tiempo.
En los esbozos de las vidas, a veces oscuras de estos médicos rurales se escribe la historia de la medicina almeriense decimonónica y la historia de la medicina española.
Hay que hacer notar que aunque aislados culturalmente, algunos médicos rurales almerienses con gran formación científica y humanística, publican bastantes artículos en revistas y periódicos de difusión nacional y otros algún que otro libro como las topografías de Dalias y la de Cuevas de Almanzora.Estos escritos, constituyen la pequeña aportación de la medicina rural almeriense a la historia de la Sanidad Española y son un claro exponente del pensamiento sociocultural y médico del siglo XIX en España. Era una medicina rural sin medios. Aislados en los pueblos, los médicos luchaban contra el atraso, contra la miseria y las epidemias.
El siglo XIX tanto en la provincia de Almería como en el resto de España estuvo poblado en lo rural de un excesivo y complejo número de profesionales sanitarios con diversas titulaciones y categorías, muchos de ellos sin adecuada formación y con muy exiguos medios para desarrollar su labor. Hacia mediados de siglo hubo un inmoderado número de médicos, que, además, tenían que luchar tanto contra charlatanes, intrusos, curanderos, herbolarios, parteras, brujas, supersticiones y un casi total desamparo sanitario por parte de las autoridades. como también hubieron de luchar contra las epidemias, el hambre, el analfabetismo y otros problemas sociales de la población. También tuvieron que luchar contra la excesiva división de las clases sanitarias.
Este último fenómeno como dije más arriba, ha sido ampliamente estudiado por Albarracín Teulón2526, quien refiere la existencia de: cirujanos romancistas, cirujanos latinos, cirujanos de segunda clase, de tercera clase y hasta de cuarta clase, boticarios, flebotomianos, sangradores, barberos, parteras, drogueros, herbolarios y curanderos27. Todos tenían algo que ver con el quehacer sanitario para ganarse la vida.
La medicina rural de estos tiempos era una medicina sin medios. Todos practican en un medio inhóspito, cuando no primitivo a pesar de que algunos tenían alta cualificación profesional y buena preparación tanto teórica como práctica. De esta problemática toma conciencia, la afronta y la plantea en su fundamento en la mayor parte de los artículos mandados al periódico médico La Unión, un Manuel Vicente Martínez*, cirujano que ejerce e Vera entre 1843 y 1849. Es un asunto en que algunos médicos de la ciudad y otros del medio rural toman parte: la polémica que en el ámbito nacional se suscitó sobre la unificación de las clases sanitarias.
Poseemos un texto significativo sobre las condiciones un tanto penosas y precarias en que los médicos y cirujanos rurales trabajaban. Es un comunicado que el referido cirujano de la ciudad de Vera, Manuel Vicente Martínez* envía en 1845 a La Unión28 órgano de la Academia Quirúrgica Matritense, a la que pertenecía como socio corresponsal en Vera, en el que entre otras cosas dice:
“Si el facultativo de partido, siempre paciente, resignado y pobre, trabaja sin descanso en los pueblos aldeas29 y aun desiertos: si trepa los riscos, atraviesa montañas, pasa junto a los precipicios, se espone (sic) a ser presa de las fieras, y penetra sin temor en asquerosos chirivites30 y zahúrdas infectas: si de su vida y persona no puede disponer ni un momento: si todos se creen con derecho a mandarle sultánicamente: si tolera con estoica calma el insulto e ingratitud de aquellos a quienes mas favores tenia dispensados, y cuya vida conservan los desvelos y la ciencia, si se desafía enérgicamente los glaciares fríos del desapiadado(sic) invierno, los molestísimos calores del enfermizo estío, la destemplanza de todas las estaciones, si se espiritualiza a la cabecera de sus enfermos, y es primero que nadie(entre todas las clases) quien paga tributo a la muerte, todo por conservar la vida de sus semejantes, ¿ que derecho no tiene a la gratitud de sus conciudadanos y al disfrute de una elevada consideración social?”
Médico del siglo XIX en una visita rural. Caricatura de HUGUES
Existen referenciados a lo largo de éste capítulo una generación muy abundante de médicos (los nacidos en torno a 1850) que en sus distintos avatares biográficos sustentan las bases de la gran revolución científica en la España a finales del siglo XIX. Fue una “generación de sabios” nacidos en torno a 1850, que desarrollan su labor en el último tercio del siglo XIX y primeros años del siglo XX que en cierto modo cumple la mayor parte de las características de los de su generación: ideas progresistas, vinculación al republicanismo, afección al positivismo científico (y las relaciones entre la ciencia la religión y la filosofía), al materialismo como base general del conocimiento de la realidad, al progresismo en política, preocupación por los temas de higiene pública, del trabajo y la investigación microscópica, denuncia sobre la insalubridad de los pueblos, preocupación científica mas allá de la mera práctica etc). Sus trayectorias profesionales coinciden con la “aparición en nuestro país por primera vez, de una ideología que intenta fundamentar todos sus puntos de vista en la ciencia positiva, prescindiendo de las bases tradicionales” 31Órgano de expresión de estas ideas es la primera y única revista médica publicada en Almería durante el siglo XIX, fundada por médicos afectos al masonismo y de ideas positivistas: La Voz Médica donde tanto los médicos rurales como los de ciudad, aportan sus experiencias e inquietudes científicas.
La relación de la mas de más una centena de médicos rurales relacionados en este dicicionario no es definitiva, por eso queda abierta a que otros historiadores continúen ahondando en este campo de la medicina almeriense, para aportar cosas nuevas a esta mi modesta contribución que nunca es, ni he considerado incuestionable.
Es de significar lo curioso que resulta la aparición de sagas y familias de galenos rurales de rancia tradición almeriense que ocupan hasta tres y hasta cuatro generaciones de médicos con el mismo apellido (desde el siglo XIX hasta el siglo XXI).
Se ofrecen .también algunos datos biográficos sobre una docena de médicos que ejercen en la villa de Albox entre aproximadamente 1870 y 1900.
La vida de estos médicos, es la vida de un pueblo que en este largo periodo pasa como todo el país por las más diversas y variables circunstancias históricas. Estos esbozos biográficos ayudarán a conocer un poco la historia de nuestro pueblo durante el último tercio el siglo XIX...LA AVENTURADA VIDA DE EZEQUIEL SANCHEZ MARTÍNEZ
La participación de los médicos en política aun cuando se hace presente en casi toda la centuria se acentúa en las décadas finales cuando los profesionales sanitarios a la vez que ascienden socialmente actúan de modo activo afiliándose a los diversos partidos que van naciendo a lo largo de la segunda mitad del siglo. Esta activa participación política se traduce por ejemplo en la polémica entre dos cualificados profesionales de Albox pertenecientes a partidos contrarios que tiene lugar hacia 1881 como veremos más adelante.
El republicanismo español (dice Tuñón de Lara) bebió de las fuentes de la Revolución francesa y se nutria en algunas poblaciones(como Albox) durante el último tercio del siglo XIX no solo en las clases pobres, sino de la pequeña burguesía y muchos intelectuales que no pensaban demasiado en la división entre poseedores y desposeídos sino mas bien en formulaciones mas o menos utópicas y en el anticlericalismo y el librepensamiento o "doctrina que reclama para la razón individual, independencia absoluta de todo criterio sobrenatural en materia religiosa”. Un ejemplo de estos burgueses intelectuales es el personaje anteriormente citado (Don Ezequiel Sánchez*) y su padre (Don Mateo Sánchez) cuyas vidas ilustran una manera de pensar y ver las cosas que informa sobre el papel de algunos médicos en la sociedad de la Restauración en un pueblo de una provincia española.
Embarcándose algunos de ellos en ciertas aventuras revolucionarias, es el ejemplo del doctor Don Ezequiel Sánchez Martínez* uno de los colaboradores más acérrimos de Ruiz Zorrilla en sus conspiraciones republicanas contra la Restauración , el nacimiento de las “dos españas “ya está presente en el actuar político de unos profesionales(los médicos) que nunca han estado exentos como digo, de inquietudes sociales y políticas. Los españoles- y los albojenses- somos herederos de lo que entonces ocurrió. La medicina rural así como la política local aún arrastran ( al menos hasta mas de mediados el siglo XX) modos y formas subterráneas de lo ocurrido entonces32
Algún doctor, por su longevidad, llega hasta la posguerra en posiciones más conservadoras (Don Juan Granados*)
Don Juan Granados es el situado entre el cura y el Guardia civil
(Foto de la posguerra de la familia Fernández Granados).Se ve también a Don José Martín-Gil Utrilla, médico de Albox durante la Guerra Civil y la posguerra.
Los doce médicos de Albox relacionadosMÉDICOS QUE EJERCIERON EN ALBOX A FINALES DEL SIGLO XIX pertenecen a una generación muy abundante de galenos (los nacidos en torno a 1850) una “generación de sabios”, que desarrollan su labor en el último tercio del siglo XIX y primeros años del siglo XX que cumple la mayor parte de las características de los de su generación: ideas progresistas, vinculación al republicanismo, afección al positivismo científico( y las relaciones entre la ciencia la religión y la filosofía), al materialismo como base general del conocimiento de la realidad, preocupación por los temas de higiene pública, denuncia sobre la insalubridad de los pueblos etc.
Pero existe una verdad incuestionable: todos se distinguen, salvo pocas excepciones y de una manera heroica en un importante asunto de interés común: la lucha contra la enfermedad y la miseria de sus enfermos en unas condiciones de abnegación y sacrificio, en un ambiente sin medios y sin recursos científicos, poniendo todo su empeño, sabiduría voluntad y sentido común. al servicio de los más necesitados, en su lucha contra las epidemias, en especial la de cólera que azotó a nuestra provincia y a nuestro pueblo en el verano de 1885, triunfaron ante la historia como profesionales.
Su situación y su clima propician condiciones favorables para la existencia en nuestra provincia de varias fuentes termales que hacen que merezca capitulo aparte la relación de los facultativos que durante todo el siglo XIX ejercen como médicos de Baños.
La hidrología de Almería fue estudiada por TAPIA GARRIDO en referencia a los baños de sierra Alhamilla buscando seguramente datos sobre el obispo del siglo XVIII Don Claudio Sanz y Torres33[1]
Y desde otro aspecto FERNÁNDEZ SAEZ y AGUIRRE SEGURA (1998) han tocado el tema sin tener en cuenta la obra de Tapia.34[2]
La importancia de la terapéutica por aguas termales durante toda la historia es incuestionable35[3]. Árabes y romanos ya explotan los baños de Guardias Viejas y de Sierra Alhamilla y de Alhama de Almería. Los Baños alcanzan su máximo esplendor durante el siglo XIX en que se concibe le balneario como lugar de reposo, ocio y recreo y poseedor de fuerzas telúricas y “admirables saberes médicos”
El balneario centros de reunión social es lugar de esperanza, asueto, distracción, búsqueda de remedios difíciles y de curaciones casi milagrosas por parte de sus médicos directores más o menos afamados que curan los mas variados males: “herpéticos, escrufulosos o tísicos”. Es por eso que los médicos de baños de la provincia merecen un capitulo aparte, porque a través de sus escritos, nos proporcionan un enorme caudal de datos, y para conocer mejor la historia hidrológica y médica de Almería, así como las peculiaridades climáticas, botánicas y minerales de la misma 36[4].
Los Médicos de baños casi nunca naturales de Almería ya que lo son por oposición ejercen primero aquí y luego fuera, dejan una abundante bibliografía sobre nuestros baños marcada por la exigencia de que los médicos directores tenían la obligatoriedad de escribir cada año una memoria sobre el estado y la actividad de los baños. Esta obligatoriedad y la llegada de personal facultativo desde otras provincias lejanas a ejercer aquí, no pudieron sino ser, un modo de comunicación científica de Almería con el resto de España evitando en cierto modo el aislamiento ancestral de nuestras tierras.Sierra Alhamilla, Guadias Viejas, Alhama de Almería,Alicun, Lucainena.etc.,Son balnearios descritos profusamente en las memorias de los médicos señaladas en la obra fundamental de la Hidrología Española que escribió MARTINEZ REGUERA37[5].
Entre al abundante producción del Padre Tapia como historiador de Almería, su obra Los baños de Sierra Alhamilla, (1980) adquiere un interés que sobrepasa los límites de la Historia provincial o local adquiriendo una importancia en la disciplina de la Hª de la Medicina Española por cuanto la obra nunca es citada por los historiadores de la Ciencia. Con ejemplar maestría describe Tapia la Historia de los Baños desde el Neolítico hasta nuestros días, las sucesivas etapas, su decadencia en el siglo XVII y principios del XVIII y su reconstrucción por el Obispo Sanz y Torres en el último tercio del este siglo, su auge durante el Siglo XVIII y XIX y su definitiva decadencia durante el S.XX
Dice García Campra38: “El día primero de enero de 1.816 el gobernador político y militar de Almería, transmite solemnemente a diferentes pueblos de esta provincia, entre ellos Alhama, una real orden del rey Fernando VII, en la que tras señalar que "nada ocupa con más interés la benéfica atención del Rey nuestro Señor a favor de sus vasallos que el buen arreglo de los baños..." nombra como protector de ellos a su Augusto tío el Sr. Infante Don Antonio. A ésta R.O. acusa recibo él a la sazón alcalde de Alhama Miguel Mazo, el día cinco de dicho mes y año, manifestando "queda suficiente razón".39 En la primavera de ese año, cuando pasaba el Rey unos días en los baños de Arnedillo (Logroño), resbaló en los famosos lodos que allí manan, accidente que a punto estuvo de acabar con la vida del Deseado. De regreso a Palacio, y todavía pálido del susto encajado, por R.D. de 29 de junio, creó el Cuerpo de Directores de Baños, a los que hacía responsables de las aguas minerales y lodos de España. Las disposiciones del llamado Código Balneario permanecieron vigentes durante más de medio siglo.
Con la quiebra de las instituciones del Antiguo Régimen es conocido que se produce el despertar de la burguesía. La terapia hidrotermal se generaliza. Los balnearios "están de moda, son centros de reunión social que pueden producir ingresos de interés”
De esta forma comienza la historia de la Hidrología Médica Almeriense ochocentista.
LA RELACIÓN DEL DICCIONARIO COMIENZA ASÍ:
Y PUEDEN VERSE SUS BIOGRAFÍAS EN:http://garciaramosmedicosalmerienses.blogspot.com/
ABAD REINA Onofre (+Vélez Rubio ) ONOFRE ABAD REINA
ABAD TORRES Manuel (1854- Finales del siglo XIX)
ABADIA CARRASCO Juan (+1809) (1)
ACOSTA DE HARO Juan Manuel (1)
ACOSTA Y CASQUET José(1849-1909) (1)
AGUILAR Doctor(Finales del siglo XIX) (1)
AGUILAR José ( Floruit 1845-49) (1)
AGUILAR José Manuel (Floruit 1860-70) (1)
AGUILERA PERAL Antonio (1861-d.1908) (1)
AGÜERO José Antonio (Activo en 1809) (1)
ALARCON SEGURA Pedro (Activo 1880-1890) (1)
ALARCÓN SEGURA José Miguel (ca.1850-d.1911) (1)
ALCAINA Miguel Bautista (Activo en 1848) (1)
ALCALÁ CARVAJAL Vicente (Activo en 1885) (1)
ALCARAZ Nicolás(primer tercio del siglo XIX) (1)
ALONSO DIAZ Cipriano (Floruit 1860-80) (1)
ALONSO FERNÁNDEZ Diego (1886-1938) (1)
ALONSO MARTÍNEZ Guillermo (activo en 1885) (1)
ALVAREZ Toribio (Fines del siglo XIX y principios del XX). (1)
AMAT RUIZ Domingo (Activo de 1882 a 1908) (1)
ARAGÓN Vicente (Activo en 1858) (1)
ARANCE CAMPOS José María (Siglo XIX) (1)
ARANCE CAMPOS Salustiano (1871 – d.1954 ) (1)
ARANCE MAESTRE DE SAN JUAN Enrique(finales siglo XIX y principios del XX) (1)
ARIGO SERRANO José (ca. 1872-Almería (1)
ARQUEROS Y GARCÍA Luis (Activo hacia 1847) (1)
ARTES GUIRADO (1)
ARVIDE Y SEVILLA José de (1844-d.1900) (1)
ARÁEZ PACHECO (1)
ASENJO Y CÁCERES Joaquín (Activo mediados siglo XIX) (1)
ASPE José de (Principios del siglo XIX) (1)
BAGES Francisco José (Floruit (1)
BARRIENTOS ALVARADO José (Activo 1894-d.1908) (1)
BARRIONUEVO TORRES Juan (Activo en 1845) (1)
BAÑÓN AMÉRIGO Jacinto (activo 1899-d.1932) (1)
BELTRAN CARMONA Antonio (Cuevas de Almanzora (1)
BELTRÁN DÍAZ Antonio ( ca.1870-d.1908) (1)
BENÍTEZ FONTÁN Francisco (Activo en 1866) (1)
BERDEJO LOPEZ Alberto ( ca.1870-d.1923) (1)
BERNABÉ HURTADO PEDRO (Primera mitad del siglo XIX) (1)
BERNAVÉ Juan Felipe (Activo 1798-1802) (1)
BLANCO Antonio ( finales del siglo XIX) (1)
BLANCO Cándido ( Floruit 1827-1848) (1)
BLANCO Diego (Activo 1821-1835) (1)
BLASCO Y LÓPEZ José María (Activo de 1847 a 1868) (1)
BOIXADER Juan (segundo tercio del siglo XIX) (1)
BORDIUD (Primer tercio del siglo XIX) (1)
BORUS(O BORUX) Jaime (Activo 1826-1837) (1)
BRIONES Juan (Activo de 1810 a 1825) (1)