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TRABAJOS DE HISTORIA DE LA MEDICINA

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viernes, 12 de noviembre de 2010

Noticias sobre un gallego olvidado:El anatómico Ramón Mosquera y Losada (1823-antes de 1862) y su obra póstuma “Manual de Anatomía Práctica” (1862)

Noticias sobre un gallego olvidado:El anatómico Ramón Mosquera y Losada (1823-antes de 1862) y su obra póstuma “Manual de Anatomía Práctica” (1862)

Por el Dr, José Antonio García Ramos (Almería).

Señala López Piñero en su trabajo (1):"La contribución de las “generaciones intermedias "al saber anatómico de la España del siglo XIX".Asclepio.Vol (1971):95-100 ) que hasta el año 1868 el saber anatómico español no experimenta una evidente recuperación, tras de la decadencia Subiguiente al auge de la Ilustración, debido a que los anatómicos de las “generaciones intermedias inter­medias” que trabajaban por los años centrales de la centuria “recuperaron los hábitos Clásicos de trabajo en la sala de disección» (López Piñero,op.cit.p.97). Dentro de este grupo de anatómicos “intermedios» nacidos alrededor de 1820) Podría situarse a RA­MON MOSQUERA Y LOSADA, ayudante disector del anfiteatro anatómico de la Facultad de Medicina de Santiago de Compostela por los años centrales del SIGLO XIX, cuya laboriosa dedícación a la disección se tradujo en su Manual de Anatomía Práctica editado en Madrid en 1862 (3).Impresa a en la. casa de Gonzalo San Vicente Alto, 32 Madrid Año 1862, obra póstuma de Ramón Mosquera y Losada, con prólogo de Don Adolfo Moreno y Pozo, que sería el primer Manual de disección en castellano publicado en España du­rante el siglo XIX. De Mosquera solo existen datos en Couceiro Freijomil :Diccionario Bio-bibliográfico de escritores gallegos,III,p.456 y en ­ y en Palau y Dulcet. A.: Manual del librero Hispanoamericano (1946).Ref. n.° 183.484.Hay también datos en La Facultad de Medicina de Santiago en el siglo XIX de Delfín García GuerraLa Facultad de Medicina de Santiago

A esto puede añadirse la resumida biogra­fía que en el prólogo del “Manual de Ana­tomía Práctica”.. inserta Adolfo Moreno y Pozo (pp. y VI, y los datos que ofrece el expediente académico de Ramón Mos­quera Losadas cuya fotocopia tan amable­mente me proporcionó el ilustre historiador de la Medicina gallega Don Miguel Parrilla Hermida, a través de Don José Danón Bre­tos de Barcelona. A ambos mi más sincero agradecimiento por la colaboración prestada..

Mosquera se formó con la ilustre generación médica de la primera mitad del Santiago decimonónico cuando “el espí­ritu filosófico dominaba las aulas de Fonseca»(En el magnífico y recorfortante libro:Otero Pedrayo, Ramón: “El Dr. Va­lera de Montes. Médico humanista compos­telano”. Cuadernos de Estudios Gallegos, VII: 7-179. 1952. (La cita en P. 71). y la figura de Valera de Montes iniciaba su crepúsculo. Por entonces brillaban nombres como Olivares, La Riva, Montero Taboada Leal (cuatro figuras de la Medicina), junto a otros eminentes de la cultura (Casares, Fon­tán, el Conde de San Juan, el Rector Viñas .. ) Mosquera fue alumno de casi todos, participando así de un movimiento “que con todos los inconvenientes de limitación y vaguedad solamente se re­duce a un nombre: Romanticismo. (Otero Pedrayo: op. Cit, p. 71.)

Guirao Gea (Guirao Gea.. Miguel: Técnica anató­mica. Edit. Científico Médica. Madrid, 1953. (Vid. Introducción)., recuerda lo tradicional que fue siempre en España la escasez de publicaciones de obras de disección. Corrobora la observación el estudio re­ciente del Profesor Granjel (Granjel L. S.: El libro médico en Es­paña (1808-1936). Salamanca, 1975, donde vemos que en 66 años del siglo XIX (de 1808 a 1874), sólo se publican tres obras de Disección: dos originales castellanas y una traducción Consultada la bibliografía al respecto[ Cito entre otras: López Piñero .J. L.:Op.cit., notas 1 y 2; Arechaga Martínez: La Anatomía española en la primera mitad del siglo XIX. Granada, 1977; Riera. 3.: “El Tratado elementar de Anatomía” (1829-1830), de Manuel Hurtado de Mendoza”. Cuad. de Hist. de la Medicina Española. IX. (1970), 197-233; López Piñero, J. M.: La obra ana­tómica de Lorenzo Boscasa. Salamanca. 1970. (En este trabajo se puede encontrar extensa bibliografía sobre el saber anatómico español del siglo XIX); Escribano García. Víctor: Datos para la historia de la Anatomía y cirugía españolas de los siglos XVIII-XIX. Granada, 1916.], sólo encuentro en tal período, el Arte de Disecar de Gómez Alamá (1888) (original) y la tra­ducción de la obra de E. A. Lauth Manual anatómico del disector (1841):una gula idónea y portátil para los tra bajos disectlvos De ser exacto el análisis de Granjel no es aventurado afirmar que el Manual de Anatomia). De­jaremos estas cuestiones para un tra­rabajo de mayor envergadura que el pre­sente, para Pasar a un somero análisis del “Manual» de Mosquera: Manual de Anatomía Práctica editado en Madrid en 1862 ).Impresa a en la. casa de Gonzalo San Vicente Alto, 32 Madrid Año 1862, obra postuma de Ramón Mosquera y Losada, con prólogo de Don Adolfo Moreno y Pozo, MANUAL DE ANATOMIA PRÁCTICAes el primer Manual de Disección en castellano publicado en España durante la segunda mitad el siglo XIX Aunque tanto la obra como el autor, atendiendo a su trascendencia científica, pueden califi­carse de “menores”, aquel hecho le con­cede un puesto dentro de la Historia de la Medicina. Como después veremos Mosquera cae de lleno además ,sino den­tro de las generaciones intermedias , si tal vez en lo que Arechaga[ Aréchaga Martínez, Juan: Op. Cjt. en nota 8. p.p. 217-218. En estas páginas de su trabajo, pone como ejemplo de anatómico de las "generaciones truncadas” a Agapito Zuriaga, muerto antes de 1868, fecha clave del resurgir anatómico del siglo XIX. Para Agapito Zuriaga. véase: López Piñero: “La obra anatómica de Agapito Zuriaga”. Medicamenta, 26, 153-212 (1950)] ha llamado “genéraciones truncadas”.El anatómico gallego se “truncó”, más que en lo sociopolítico, obviamente en lo bio­lógico muriendo joven como veremos en su esbozo biográfico y dejando una obra inconclusa, pero claramente prometedo­ra en sus intenciones.

Datos biográficos:

En Fonseca,2010
La vida científica del “joven Mosque­ra” es la de un modesto universitario dedicado por entero a lo que conside­rabael “ramo más importante de la me­dicina : la Anatomía, a la que “de­dicó muchas horas al día en su estudio teórico y no pocas a su estudio práctico” (Moreno y Pozo, Adolfo: Prólogo al Manual de Anatomía práctica de Mosquera, p. V.)
Adolfo Moreno y Pozo(11)[Moreno y Pozo: Ibidem, p.p. V y VI.[Para este médico madrileño (por en­tonces estudiante en la Complutense de 5° curso de medicina), pueden verse entre otros:Alvarez Sierra, J.: “Diccionario de cirujanos españoles, hispanoamericanos y filipinos”; Cirug. Ginecologia ~rología; XIV. 6:200 Y Pulido, A. De la Medicina y los Médicos. 1883, p. 368.(11)] prologuista y promotor de la publicación de su obra, resume así la vida de su malogrado colega:

“El joven Mosquera, digno discípulo de la Facultad de Santiago, y de la que luego llegó a ser Ayudante disector, en cuyos anfiteatros anatómicos todavía se recuerda su nombre, en la que siempre fue digno de sus maestros, admirado de sus condiscípulos ,y por último, res­petado con entusiasmo por sus condiscípulos.
Después de licenciado se dedicó al ra­mo más importante de la medicina, a la anatomía; empleando muchas horas al día en su estudio teórico, y consa­grando no pocas a su estudio práctico.
Su muerte prematura hizo que no pu­diera recoger el fruto de sus trabajos, los que tenían por principal objeto pu­blicar un MANUAL DE ANATOMÍA PRACTICA, el que reuniendo en corto espacio las reglas que deben tenerse pre­sente para hacer las preparaciones ana­tómicas, les proporcionar a los princi­piantes una gula que les hiciera más fáciles los penosos trabajos de Anatomía práctica (13).[La intención de Mosquera, y en esto se adelantó a Gómes Alamá, fue un claro intento de llenar la laguna por entonces existente ante la necesidad de un manual sencillo, manejable y puesto al día, propor­cionando así un texto idóneo de disección para las Facultades españolas.
“Ya que tenía los datos que necesitaba, y cuando pensaba dar la obra a la pren­sa, la muerte lo arrebató del seno de su familia, quitando a la facultad de san­tiago una de sus lumbreras y privando a los jóvenes anatómicos de una obra que publicada por su autor hubiera te­nido todo el mérito que en él reconocían sus maestros” (.Moreno y Pozo: Op. Cit,.: p,p. V y VI)

Iglesia y cementerio de San Martín de Tiobre
Ramón Mosquera Losada, nació en el castro de San Martin de Tiobre mufli­cipio de Betanzos, La Coruña ’ el día 11 de Noviembre de 1823, siendo bautizado al día siguiente con el nombre de Ra­món María Diego. Su padre fue José Mosquera Muñoz (natural de San Miguel de Sigüenza) y su madre María Losada natural de “Santiago de Galicia”), ambos vecinos de San Martín de Tiobre.

(Partida de bautismo de Ramónl Mos­quera incluida en: Expediente académico II­cefleiado en Medicina y Cirugía Ramón Mosquera y Losada. universidad de Santiago de Compostela. (vide supra)
Durante el curso 1937-38 se examina en Santiago del primer año de Filosofía Sin que sepamos la causa abandona sus estudios entre los años 1838 y 1844.[Es de suponer que la causa fuese la muerte de su padre, ya que en su expe­diente (curso 1849-50), puede verse una soli­citud de matrícula en la que se incluye junto a la petición de exención del pago de derechos, un apartado: “padre o tutor”, que aparece contestado: “Carece de uno u otro”.].En 1844 los reanuda cursando segundo de Filosofía abonándosele además a final del curso 1844-45, los años tercero y cuarto.El 13 de julio de 1846(tenía 23 años) obtiene el título de Bachiller en Filosofía ,comenzando a estudiar Medicina en el curso 1846-47.Durante el tercer año de carrera (1848-49)simultaneó el curso normal con uno de Lengua Griega en la Facultad de Letras. Lengua Griega en la Facultad de Letras,por ser preceptivo entonces para graduarse en medicina
Estudiando cuarto curso en 1850 avalado por brillantísimas calificaciones se le nombra “ayudante de anatomías del anfiteatro anatómico de la Facultad de la Facultad de Santiago con un sueldo de 2.500 reales.Un decreto de 1852 lo reafirmará en su puesto.El grado de bachiller en medicina lo obtiene en septiembre de 1851,con calificaciones excelentes en todos los cursos.
En octubre de 1853 le llega el turno para el examen de Licenciatura.El tribunal examinador fue presidido por el eximio sabio santiagués Don José Valera de Montes llamado “la perla de Fonseca”personificación del hipocratismo Clásico y el tradicional espíritu de la medicina gallega (Otero Pedrayo Op. Cit.: p. 11.). Completaba el tribunal, Don Benito Sangrador y como secretario actuaba el Doctor Olivares (llamado el “Dupuytren gallego») El tercer ejercio del examen de Mosquera consistió en la amputación en Presencia del tribunal del dedo gordo del pie de un enfermo Obtuvo tras votación secreta “aprobación por unanimidad”. en los tres ejercicios.
Maximino Teixeiro
Vemos cómo los años de estudiante de Mosquera fueron aprovechados con la máxima aplicación y como su vocación anatómica se decidió ya en el tercer año de licenciatura.el ambiente le era propicio puesto que gozaba delos mejores maestros y hasta de los mejores condiscípulos(sabemos que entre ésctos con otro buen anatómico gallego: Maximino Tejeiro (1827-1900) bachiller médico en Santiago en 1851 y licenciado en 1853,profesor auxiliar primeramente en la Facultad compostelana y catedrático después de patologia médica en Santiago y en Madrid.[puede verse :Maximino Teijeiro (1827-1900)la encrucijada de la medicina galaica / Juan José Fernández Teijeiro, Santiago de Compostela : Editorial Compostela, D.L. 2001]
el resurgir del saber anatómico había llegado también a Santiago en manos de jóvenes valores como Mosquera y Texeiro.
Poco más se puede añadir documentalmente a la vida del “joven mosquera” salvo que perteneció a la Academia de emulación de Santiago que dejó mujer e hijos y que murió antes de 1862(21).

La obra
Se Puede deducir fácilmente que lo único escrito por Mosquera en relación con la Anatomía fueron los apuntes que Moreno y Pozo dio ala imprenta en 1862.
¿Cuales fueron las razones que movieron al entonces estudiante Adolfo Moreno y Pozo a publicar ésta obra?.
En primer lugar la intención de proporcionar al estudiantazgo un manual de disección manejable y útil)(32);luego ese afán de destacar en la dedicación absoluta ,de quien aspiraba a ser catedrático;tal vez las necesidades económicas de la familia Mosquera([ Vid: ‘Contraportada de Mosquera: Op. Cit. p. II. ] o las razones ,al fin,con que el promotor de la edición concluye en su prólogo”Solo por cumplir los deseos de tan estudioso joven al par de consolar a su desgraciada familia,he decidido ponerme al frente de una publicación en cuyo género ¡ojalá!pudiera ser voto(sic) vuestro condiscípulo”(Mosquera: Op. cit. Prólogo, p. VII.).Respecto a la primera cuestión no cabe poder asegurar que el “Manual de Anatomía Práctica” cumpliera su objetivo de proporcionar una guia idónea y portátil para los trabajos disectivos.¿pero acaso podría decirse que lo consiguió “El Arte de Disecar”unos después?(1868)(25).Dejaremos estas cuestiones para un trabajo de mayor envergadura que el presente para pasar a un somero análisis del “Manual “ de Mosquera. de Mosquera es el primer Manual de disección en castellano publicado en España en la segunda mitad del siglo XIX,¿Pero acaso Podria de­cirse que lo consigue el “Arte de dise­car” unos años después? (1868) [El ejemplar que manejo del “Ma­nual” de Mosquera, procede de la biblioteca de don José Acosta y Casquet~ médico alme­riense del que me consta comenzó sus estu­dios en Madrid después de 1875 y utilizó la obra como texto de disección.]
a) Fuentes Las numerosas citas de diversos autores que a lo largo de la obra hace Mosquera Confirman su interés por la formación teórica que señalara Moreno y Pozo. Leyendo en su detallada (y para él muy importante) preparación de piezas óseas por corrosión (Mosquera: Op. cita p.P. 154-163), aparecen los nombres más re­presentativos de toda la tradición anatomopatológica inglesa del siglo XVIII (Ni­chols, William Hunter, Juan Hunter .),a la vez que se va esbozando una especie de pequeña historia en el desarrollo de esta técnica . En otros lugares de la obra menciona a Sue (página 218), Vel­Peau (p. 29 y otras) y Sappey.
Las menciones a Velpeau hacen suponer que nuestro gallego utilizó una obra muy en boga por la época (traducida en 1843) del anatómico francés.En una nota marginal de la Página 216 remite a Consultar el t.IV de Sappey editado en español en 1854-55 lo que como ya he apuntado, Presupone que el autor mu­riera en fecha posterior a no ser que tal nota marginal fuera añadida por Moreno y Pozo. En otras páginas alude, cita y recoge técnicas de disección aún vigentes y útiles de Bowley (p. 131-132), Hurson (p. 163), Morgan (p, 163), Crukhank(p.167),Mascogni(p.167) y A. Mekel (p. 221). No cita a Lauth, ni a Bonells y Lacaba, ni a ningún otro anatomico español; pero cabe suponer que no hubo de ser ajeno a través de sus maestros y condiscípulos en. Santiago a las co­rrientes que teniendo como base la fundamental obra de Bonells y Lacaba y las aportaciones de los primeros “interme.dios”, se había producIdo en la primerara mitad del siglo XIX.



Anuncio del Manual de Anatomía Práctica en el Diario Oficial de Avisos de Madrid del 18 de octubre de 1862
   b)Anatomía descriptiva: El Manual de Anatomía Práctica consta de seis apartados expuestos por este orden: Os­teología,Miología,Artrología, Angiología, Neurología y Esp1acnología. No se aparta Pues de los esquemas clásicos pro­puestos por Vesalio y seguidos por todøs los anatómicos de los siglos XVII, XVIlI y Parte del XIX. Ni recoge las variaciones de orden expositivo propuestas trein­ta años antes por Hurtado de Mendoza (1830) y seguidas después por Lorenzo Boscasa en 1844. Esto hace presumible que las “renovaciones”. de estos dos anatómicos españoles no tuvieron el eco sufi­ciente en las Facultades de Provincias, o al menos en la de Santiago de Compostela (Vid: ‘Riera: “El tratado elemental...» Op. cit. en nota 8 y López Piñero, J. L. La obra anatómica de Lorenzo Boseasa. Sala­manca. 1970.)
Tanto en lo referente a Anatomía des­criptiva, como a Estequiología y Anatomía microscópica, la obra de Mosquera no aporta ninguna novedad digna de menclón. Es lógico que un tratado de disección, de intención fudamentalmente didáctica, anteponga la técnica pura de la exposición para el estudio de las piezas anatómicas a la descripción de lo disecado en la que se detiene poco.
e)Léxico anatómico: En este aspecto es de señalar en la obra de Mosquera, una curiosa mezcla entre lo que podría llamarse “Léxico anatómico antiguo”—anterior al Intento de renovación de Bóscasa en Madrid con su “Tratado de Anatomia” (1944), en cuyo texto puede apreciarse una cierta depuración de la terminología hasta entonces vigente (cargada de galicismos y términos co­rrompidos) ( López Piñero, Op. Cit.29) y el léxico “moderno” o “renovado” que “el joven Mosquera” capta sólo en parte. Esta mezcolanza de terminologla “antigua” y “renovada” en una obra anatómica de 1862, demuestra como la “reforma” de Boscasa (1844), no habla tenido el eco que cabría espe­rar, al menos en algunas Facultades es­pañolas. Estas serían las causas de la lentitud con que se llevó a cabo la reno­vación del saber anatómico español del siglo XIX. Pero algunos jóvenes como el anatómico gallego que nos ocupa, quizás mal informados o influenciados por maestros anticuados, intuyen que tal renovación no tardaría en conseguirse ple­namente.
d)La disección: El Manual de Ana­tomia Práctica es un fiel reflejo de una labor eminentemente práctica sobre un gran número de cadáveres; labor que los catedráticos dejaban casi en su totali­dad, en manos de los “directores anató­micos” que forzosamente tenían que aprender las técnicas de preparación de piezas anatómicas para su estudio, me­diante su esfuerzo personal y asimilación y perfeccionamiento de anteriores ense­ñanzas teóricas y prácticas. Tal perfec­cionamiento en Mosquera, se vio “trun­cado” por su prematura muerte.
En 1a descripción de los instrumentos necesarios para la disección que Mos­quera divide en "generales" y “particu­lares”, puede observarse un fenómeno curioso, pues al referirse a algunos de ellos, parece que estuviera describiendo cualquier pieza anatómica recién prepa­rada. Veámoslo:
“Antes de entrar en materia, creo oportuno hacer una reseña de los ins­trumentos con que el disector ha de con­tar (...) La bomba se divide en tres pie­zas: superior, media e inferior. La su­perior, que corona la jeringa, se com­pone de dos porciones, una superior cua­drada perforada en el centro (...) y la otra inferior, redonda, ahuecada y que por medio de otra rosca se une a la parte superior de la pieza media de la bomba (...).
El canuto es una pieza de latón de una pulgada y media de largo en que se dis­tinguen tres porciones: la primera tiene poco menos de un tercio de la longitud total...” (2).
Los ejemplos son abundantes en la Introducción, con que comienza la obra dedicada por entero a la descripción “de los instrumentos con que el disector ha de contar para la preparación de las piezas anatómicas” (30).
Con un estilo claro y sencillo expone en las seis partes en que se divide la obra, subdivididas a su vez en capitulos (1, 23, 2, 5, 9 y 6 capítulos cada parte respectivamente), las técnicas y modos de preparación para huesos, músculos, articulaciones, vasos, nervios y vísceras. Se extiende como se ve por el número de capítulos de que consta cada parte, en Miología, Angiología y Neurología. Resulta especialmente meritoria la sec­ción dedicada a exponer las fórmulas de maceración ósea y sale airoso en las otras. En un tema tan escabroso como la Angiotecnia se demuestra como un maestro. La parte dedicada a Esplacno­logia está francamente incompleta.
La obra en total no recoge ni una sola imagen o dibujo.

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Y éstas son hasta hoy, las primeras noticias acerca de la vida y de la obra de Ramón Mosquera y Losada, anató­mico “intermedio” y “truncado” de la escuela médica del Santiago decimonó­nico.

ADDENDA

BIOGRAFÍA DE ADOLFO MORENO Y POZO

Don Adolfo Moreno y Pozo nació el año 1848 en Madrid. Sus estudios superiores los hizo en el Colegio de San Carlos y en 1864 obtuvo el título de Licenciado en Medicina y Cirugía. El de Doctor, diez años después.Durante la carrera fue Alumno interno y Ayudante disector, a propuesta del Profesor Dr. Fourquet, que le distinguió mucho siempre.Durante breve espacio de tiempo fue Médico de visita en el puerto de Vigo, cargo al que renunció muy pronto para seguir en su puesto de disector en la Facultad de Medicina hasta 1868. En ese último año dejó ese cometido para ocupar el de Ayudante de Clases Prácticas. En 1877 fue nombrado Profesor Clínico y Director del Departamento de Hidroterapia del Hospital.En el año 1886 le designaron Catedrático supernumerario, con derecho a pasar reglamentariamente a numerario en su momento.Durante doce años desempeñó -incluso durante Cursos completos- la enseñanza en muy diferentes disciplinas (Anatomía, Fisiología, Patología Quirúrgica, Higiene, etcétera).Cometidos múltiples, desempeño fuera del ámbito universitario tales como Consejero Penitenciario y Vocal, después, de la Junta Superior de Prisiones; de la Sociedad Económica Matritense, de la Junta de Sanidad del Distrito del Congreso, etc.Secretario y también Decano, con carácter transitorio, de la Facultad de Medicina.Formó parte de gran número de tribunales de oposición a Cátedras y otros muy diversos cargos.Comendador de la Orden de Carlos III y de la Americana de Isabel la Católica,Autor de un «Tratado de Patología Quirúrgica General» y de monografías y trabajos sobre temas de Anatomía, Patología Quirúrgica, Hidroterapia y Técnica operatoria.En la Real Academia de Medicina fue elegido Académico electo en sesión del Pleno celebrada el día 19 de diciembre de 1892 para cubrir la vacante, por fallecimiento, del numerario Dr. D. Eusebio Castelo y Serra. Fue propuesto por los doctores Calleja, Del Busto y Cortejarena. La solemne sesión de toma de posesión se celebró el 10 de noviembre de 1894, en la que pronunció un magnifico discurso sobre «Constitución de la Cirugía desde su origen hasta la época actual». En nombre de la Corporación hizo la obligada contestación el numerario Dr. Cortejarena. A continuación, el Presidente impuso al nuevo Académico la Medalla núm. 11.Año y medio después murió el Dr. Moreno y Pozo trágicamente. Fue asesinado por un exaltado panadero, que disparo sobre él, a muy corta distancia, dos tiros en la calle de Fúcar, cuando aquel se dirigía, como todos los días, al Hospital de San Carlos. EI criminal atentado ocurría el día 29 de abril de 1897, contando la victima escasamente cincuenta años.Por tantos motivos, esta desgracia fue unánimemente lamentada. Ya el Dr. Moreno era un hombre bueno y Cirujano prestigioso. Sus restos fueron inhumados en la Sacramental de San Lorenzo de esta capital.Fuente: “202 Biografías Académicas”, Valentín Matilla Gómez, Real Academia Nacional de Medicina, Madrid, 1987.
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NOTICIAS SOBRE UN GALLEGO OLVIDADO: EL ANATÓMICO RAMÓN MOSQUERA Y SU "MANUAL DE ANATOMÍA PRÁCTICA" (1862), Autor: José Antonio García Ramos

GALICIA CLINICA Año 1980. Página 185